Repasar la vida de Charles Chico Oppelt es aprender de un ser humano excepcional. No solo porque sobrevivió a una lesión en la médula espinal jugando al rugby y una negligencia médica sino porque ha demostrado el coraje y la voluntad para haberse convertido en un ejemplo de superación como referencia en el deporte cuando 20 años después ha ganado premios en silla de ruedas como culturista.
La historia de superación de Charles Oppelt comenzó en un partido de rugby en que sufrió una terrible lesión cervical. Además, en el hospital tuvo que esperar 15 horas hasta que finalmente fue atendido, lo que agravó las consecuencias del accidente (la Justicia castigó al centro por negligencia médica años después). Tenía 17 años y perdió cualquier tipo de sensibilidad o capacidad motora por debajo de la zona dañada.
Los obstáculos con los que se encontró fueron los habituales riesgos de alguien con una lesión medular de gravedad. Puede sentir un dolor crónico, espasmos, problemas para respirar, complicaciones para mantener la temperatura temporal interna, mayor riesgo con las infecciones, complicaciones con la circulación de la sangre o incluso problemas en los pulmones en función de la gravedad de la lesión. No obstante, la parálisis fue algo más que física.
Charles Oppelt no quiere engañar a nadie. No fue fácil enfrentarse a un cambio de vida total siendo tan joven. «Estoy escribiendo un libro sobre donde estaba, la oscuridad que me sobrecogió durante años, la batalla con la salud mental y con las drogas que empecé a tomar por todo lo que me había ocurrido. Ha sido una batalla cuesta arriba para aceptar mi discapacidad, pero afortunadamente, con la gracia de Dios, he conseguido llegar al otro lado», explicó en una entrevista en un medio de su país.
Una de las salidas de Chico Oppelt fue agarrarse al deporte, una de sus pasiones. Se fijó en las posibilidades y apuntó a su adorado rugby. «Uno de los mejores momentos de mi carrera fue la primera vez que se me senté en una silla de ruedas para jugar al rugby después del accidente. Llevo el deporte en la sangre y simplemente la atmósfera que compartía con otros deportistas ya fue emocionante», recuerda.
También encontró una buena opción en el culturismo en silla de ruedas porque conocía a un antiguo entrenador de esta especialidad que también necesitaba de esta herramienta par su vida diaria.
El esfuerzo de Charles Oppelt se muestra en cada uno de sus vídeos en las redes sociales. Se entrega hasta la extenuación y cada paso es un esfuerzo mayúsculo. Entrena sus músculos, cuida su nutrición y mantiene un pensamiento que no quiere volver al abismo. Ha avanzado tanto que ya ha logrado su primer premio en el culturismo. «Estar en el escenario con mi medalla después del campeonato nacional fue un momento impagable», ha recalcado.
El caso del sudafricano es ha convertido en tan inspirador que muchos expertos del campo lo ha convertido en su figura de referencia para otros pacientes. Actualmente, Charles Oppelt no cuenta únicamente con una medalla sino con un trampolín para inspirar a más personas con problemas similares. Para ellos tiene un mensaje general que transmite con la organización que ha fundado. «Simplemente estoy feliz por estar vivo. Soy un luchador y mi organización enseña a la gente que pueden ser independientes y contribuir a la sociedad y a sus vidas por completo después de una lesión medular«, ha resumido el campeón de culturismo y de la superación.