Madres cubanas, cuyos hijos con discapacidad no tienen una adecuada calidad de vida debido a la precariedad en que se encuentran, se presentaron este miércoles en la sede del Gobierno municipal de Boyeros para exigir a las autoridades el cumplimiento de las repetidas promesas que les han hecho, de brindarles atención y una mejoría para la situación de sus niños.
Al menos dos de ellas, Felipa Hortensia Arencibia Herneta y Dianelis Arozarena Piedra, ya habían acudido al Gobierno provincial de La Habana el 5 de mayo. Más de 20 días después, ambas contaron a DIARIO DE CUBA que la situación de sus hijos continuaba igual.
Este mismo martes, dos horas antes de personarse nuevamente en el Gobierno del municipio, Arozarena Piedra, que vive en un lugar sin condiciones donde su hija y ella tienen que hacer sus necesidades en un cubo plástico, denunció a esta redacción que las autoridades no habían mantenido su palabra de construirle un baño y una cocina.
La falta de solución para sus casos obligó a estas mujeres a llevar sus reclamos, una vez más, a la sede de la Asamblea Municipal del Poder Popular, desde donde realizaron dos directas para que el mundo vea «las cosas mal hechas de aquí», este 17 de junio.
Las madres dirigieron su mensaje a Miguel Díaz-Canel, al Ministerio de Salud Pública (MINSAP) y a «la comunidad internacional».
«Venimos con nuestros hijos por segunda vez; ya estuvimos en el Gobierno provincial y no hicieron nada, ni nos ayudaron en nada», criticó Arencibia Herneta.
Su hijo, Raciel José, presenta microcefalia, una afección neurológica poco frecuente en la que la cabeza de un bebé es mucho más pequeña que la de otros niños de la misma edad y sexo. No ve, no camina, no habla. Se alimenta a través de una sonda gástrica. Casi siempre está en el hospital, que a estas alturas Felipa describe como su «segunda casa». Ella tiene que cocinar con carbón, en el portal de su casa, y por ese motivo, el niño se enferma con mucha frecuencia.
Raciel José sufre una severa desnutrición. A pesar de sus siete años, pesa lo que un niño de un año. Necesita tomar yogurt probiótico y las autoridades de Boyeros quedaron en resolverlo, pero hasta el momento no lo han hecho. «Han jugado con la alimentación de mi hijo», reprochó su madre.
«En Cuba no hay medicamentos anticonvulsivos, ni pañales, ni alimentos especiales, ni equipos para mover y trasladar a nuestros hijos. Mientras tanto, el Gobierno construye hoteles vacíos (…) y nos obliga a mendigar lo que es un derecho humano (…). Nuestros hijos están siendo olvidados», denunció Felipa. «Que lo escuche el mundo entero. Estos niños con discapacidad han sido olvidados», enfatizó.
Las mujeres dijeron estar cansadas de recibir maltratos en las instituciones, cuando han reclamado sus derechos. Se definieron como «madres guerreras, desesperadas», y aseguraron no temer que las autoridades les llamaran a la Policía y los «boinas negras».
Dianelis Arozarena Piedra puntualizó que estaban «exigiendo lo que por derecho a estos niños les toca«.
«Somos madres sufriendo, levantándonos todos los días por la mañana pensando que les vamos a dar de alimento; que si les da una crisis de epilepsia no tenemos medicamento; que si vamos a un hospital, a una consulta médica, tampoco tenemos cómo, porque no tenemos dinero; somos asistenciadas», lamentó.
«Por favor, presidente Díaz-Canel, mírenos la cara, y que esto llegue a donde tenga que llegar. Esto tiene que llegar a la ONU, al mundo entero (…). Tenemos miedo de perder a nuestros hijos, sin medicamentos, sin alimentos y sin nada», advirtió.
Dos horas antes de ir exigir soluciones en la sede de la Asamblea Municipal, Dianelis contó a DIARIO DE CUBA que su situación ha empeorado. Ahora, además no continuar sin baño ni cocina, se enfrenta a una plaga de chinches que la obligó a quemar casi todo dentro de la casa. Ella y su hija están durmiendo en el suelo.
La respuesta que recibió de las autoridades municipales de Salud Pública de Boyeros, cuando les pidió ayuda, fue que no tienen productos y que no era su responsabilidad acabar con la plaga, explicó ella en la directa.
Otra madre, llamada Yaquelín, que acudió a la sede del Gobierno municipal este martes, explicó que su hija, también con discapacidad, «no tiene control de los esfínteres; una niña encamada. Estoy pasando mucho trabajo, hace siete días que no tengo agua. El presidente (del municipio) me ha prometido culeros desechables y nunca me ha dado nada».
Según se aprecia en los videos, grabados fuera y dentro de la sede de la Asamblea Municipal del Poder Popular en Boyeros y publicados en la cuenta de Facebook de Felipa Hortensia, fueron al menos cuatro las madres que fueron a reunirse con las autoridades para reclamar sus derechos.
Según dice a DIARIO DE CUBA, Arozarena Piedra, este martes las madres volvieron a recibir promesas de las autoridades municipales. Queda por ver si al fin las cumplirán.
