Guía para el cuidado al paciente urológico durante la pandemia
Los problemas urológicos suelen ser problemas olvidados o silentes. Matilde Castillo, enfermera experta en Urología del Hospital de Parapléjicos de Toledo profundiza un poco más en este tema y expone cuál es el rol de la enfermería en Urología.
Has coordinado la guía “Recomendaciones de Enfermería para el cuidado al paciente urológico durante la pandemia por SARS-CoV-2”, ¿cómo surge la idea?
He coordinado un grupo de 40 enfermeros y enfermeras que se dedican en su mayoría a la práctica asistencial y al cuidado del paciente urológico: desde las consultas especializadas de Urología, desde las unidades de Urología, también en el grupo hay miembros de la gestión, mandos intermedios… pero todos ellos muy en contacto directo con el paciente y durante estos meses sufriendo ese azote de la pandemia.
Los objetivos que persigue esta guía son unos objetivos muy claros y sencillos que sirvan de apoyo y de guía para todos aquellos enfermeros y enfermeras que se han enfrentado a la pandemia, pero además hay que resaltar que en estas recomendaciones que nosotros hacemos en esta guía son unas recomendaciones universales dirigidas al colectivo enfermero, pero en particular a la enfermera urológica.
¿Cuál es el rol principal de la enfermera en el ámbito urológico?
Las funciones de la enfermera con el paciente urológico no dejan de ser unas funciones generales de enfermería, pero como se recoge en la guía hay recomendaciones en gestión porque sobre todo en esta época que nos ha tocado vivir debemos tener en cuenta los circuitos, la coordinación, las consultas diferenciadas… Este tipo de recomendaciones en gestión que surgen de la práctica clínica asistencial son importantes y por eso forman parte de la estructura de la guía. Por otro lado, todo lo que se refiere a la actividad quirúrgica que se ha visto también reconfigurada y reorganizada de otra forma diferentes. También aparece en la guía la agrupación de cuidados. En esta época de pandemia, las enfermeras hemos tenido que trabajar de otra forma, lo que llamamos como enfermería de guerra.
Agrupamos los cuidados en el menor tiempo posible para disminuir esa presencialidad con los pacientes de tal forma que reestructuramos los recursos de una forma concreta para garantizar la seguridad del paciente y del profesional esté bien definida. Y por otra parte cuáles son las funciones y los roles de una enfermera que presta cuidados urológicos también en las consultas donde la enfermera especializada en Urología hace un seguimiento de todas aquellas patologías inherentes a la función vesical y que requiere de especialidad en algunos momentos y en otros por supuesto la potenciación de los autocuidados, la enseñanza para la educación para la salud… y por supuesto también la atención a los pacientes crónicos.
¿Habéis notado que con todo el tema de la pandemia hay pacientes que están dejando de ir a consulta por miedo a ser infectados?
Sí, además es una de las medidas más importantes que se han tomado en la reorganización de las consultas, evitar la presencialidad, identificar los procesos que requieren presencialidad y cuáles no, y evidentemente tenemos un reto muy importante con la cronicidad porque no solo vamos a tener nuevos crónicos si no empeoramiento de esos crónicos que teníamos porque evidentemente hay que priorizar.
Hay que apuntar también que todas las sociedades científicas, estamos estableciendo criterios de priorización de procesos que requieren presencialidad y de lo que no es urgente de lo que no. No hay que olvidar que vamos a tener muchos pacientes crónicos urológicos, cardiológicos, traumatológicos… con secuelas de COVID-19 que también será un reto importante.
Trabajas en el Hospital de Parapléjicos de Toledo, ¿cuál es vuestra labor con los pacientes con lesión medular?
La lesión medular es una situación devastadora y trágica en una persona, pero de cara al exterior solo vemos el tema de la movilidad, pero si que es verdad que una lesión medular implica una entidad nosológica propia diagnóstica que se llama vejiga neurógena, es decir, una incontinencia. Los pacientes no tienen control voluntario de la micción y hay muchas disfunciones urológicas derivadas de ese daño neurológico. El papel y el rol de la enfermera desde el minuto uno es intentar sobre todo que no haya complicaciones.
¿Estos pacientes pueden sufrir infecciones en el tracto urinario?
Sí, precisamente una de las complicaciones más importantes derivadas de un daño neurológicas son las infecciones urinarias repetitivas que son las que se tratan en unidades de hospitalización, rehabilitación, consultas de enfermería especializadas en Urología y en todos aquellos ámbitos urológicos donde se trata este tipo de patologías. Por tanto, el abordaje holístico enfermero pasa por centrarnos, no solo, en evitar estas complicaciones y ayudar al paciente a integrarse en ese entorno o deteriore su calidad de vida que es uno de los problemas más importantes.
¿Cómo se está viviendo la pandemia desde el Hospital de Parapléjicos de Toledo?
En esta segunda ola lo estamos viviendo mucho más controlada. Al inicio de la pandemia lo vivimos igual que el resto de los centros sanitarios. Rápidamente se definieron circuitos de rutas asistenciales COVID y no COVID y atendíamos a pacientes con lesión medular infectados. Aunque son pacientes con lesión medular, no han tenido peor evolución ni el virus les ha provocado complicaciones más serias que la población en general.
Los pacientes han evolucionado favorablemente los niveles de mortalidad; han sido muy bajos o casi nulos. La soledad de los pacientes ha sido algo muy importante. Los cuidadores no han estado cerca de ellos, pero el equipo de enfermería hemos intentado ponernos en contacto con ellos como podíamos.