Un informe de la Comisión Económica para América Latina (CEPAL) señala que la crisis sanitaria provocada por el coronavirus “ha afectado a la población de manera profunda y multidimensional” y América Latina y el Caribe, “que se caracteriza por altos niveles de desigualdad, informalidad laboral y vulnerabilidad, es una de las regiones más afectadas en términos sanitarios, económicos y sociales”.
La investigación de la CEPAL refleja datos de pobreza que “no se observaban desde hacía al menos una década”. En 2021, el número de personas en situación de pobreza se situaba en los 201 millones (el 32,1 % de la población de América Latina) y se estima que los datos sigan en aumento para el período de 2022, del que aún no se han extraído datos oficiales por parte del organismo regional.
Otro trabajo del Banco Mundial también pone de manifiesto que la región latinoamericana ha sido de las más afectadas por la pandemia del COVID-19. “El impacto a corto plazo es principalmente monetario, pero los efectos no monetarios, como la inseguridad alimentaria y la baja participación en la educación, probablemente continuarán incluso en la pospandemia”, explican Javier Romero Haaker y Gabriel lara Ibarra en una comunicación escrita a la que ha tenido acceso la Voz de América.
Las protecciones sociales
La protección social se ha convertido en la principal herramienta que han tenido los gobiernos de la región para brindar asistencia a los niños y sus familias con el objetivo de mitigar los efectos negativos de la crisis sanitaria.
Según la portavoz de UNICEF, esta tendencia va a seguir aumentando en las siguientes décadas y se estima que haya unos 150 millones de personas con discapacidad en la región para 2050.
“Esto pone por delante el reto de diseñar e implementar políticas y programas que materializan lo que la Convención sobre los Derechos de las Personas con Discapacidad establece”, expone haciendo referencia al “derecho a la protección social de las personas con discapacidad”.
Las personas con discapacidad, con mayor probabilidad de vivir en pobreza
Sin embargo, Rubio asegura que “las personas en situación de discapacidad tienen muchas mayores probabilidades de vivir en pobreza y de tener una menor participación en la vida social, económica y pública” que pone de manifiesto que “una protección social inclusiva es fundamental”.
“(Una protección social inclusiva) la entendemos como una protección social que contribuye de modo efectivo a la realización de derechos como la seguridad social y un estándar de vida digno, con acceso a la educación, a la salud, a oportunidades laborales y sobre todo accesos, apoyo o asistencia para un desarrollo autónomo en la medida de sus capacidades”, dice Rubio.